Información sobre la agricultura vertical
Vender alimentos perecederos se trata de timing. El pan fresco de hoy es el pan de ayer. Para frenar el desperdicio de alimentos, que representa un tercio de todos los alimentos producidos, los supermercados están haciendo todo lo posible, incluyendo la adopción de modelos de precios dinámicos, donde el precio de los productos perecederos disminuye a medida que se acerca la fecha de vencimiento.
Aunque este método incentiva a los clientes a aprovechar los productos con descuento, en otro sentido todos pierden: los supermercados pierden ganancias potenciales, los clientes tienen menos tiempo para consumir los alimentos que compran y aún no hay garantía de que estas ventas reduzcan de manera significativa el desperdicio.
Pero cuando los productos se cultivan localmente, los costos de transporte y almacenamiento en frío no reducen la vida útil de los productos, por lo que las empresas pueden venderlos durante más tiempo al precio de mercado y los clientes pueden mantenerlos en sus refrigeradores por más tiempo, lo que reduce el desperdicio. Los supermercados aún pueden adoptar precios dinámicos, pero se convierte en un último recurso en lugar de ser algo habitual.
Los productos hidropónicos se pueden cultivar en cualquier lugar; algunos supermercados están experimentando con casos de cultivo hidropónico en sus propios pasillos. Cuanto más se adopte la hidroponía, mejor será para el balance final de un supermercado.
No importa la industria, los consumidores se inclinan hacia productos sostenibles. Una encuesta a 350,000 consumidores de todas las edades encontró que la sostenibilidad es un factor clave para la confianza del consumidor, especialmente entre los millennials y la Generación Z.
Sin embargo, lo que esta demografía no quiere es palabras vacías. Aunque son un 27 por ciento más propensos que sus predecesores a comprar de marcas que protegen el medio ambiente, son una generación exigente e inteligente. Saben reconocer el greenwashing cuando lo ven.
Pero la agricultura hidropónica es real. Tiene una huella de carbono mucho menor que la agricultura tradicional, especialmente en el caso de las verduras de hoja verde, que suelen ser cultivadas y transportadas desde la costa oeste hacia el resto de Estados Unidos. Y debido a que los supermercados saben que a los clientes les importa mucho la sostenibilidad, es más probable que presenten la hidroponía en exhibiciones especiales para productos cultivados localmente.
Cultivar alimentos al aire libre significa que el sabor está sujeto al contenido mineral del suelo, entre otras variables. A veces esto resulta en verduras deliciosas y nutritivas, pero a veces los agricultores se conforman con la tierra que tienen o gastan mucho dinero y energía tratando de jugar a ser dioses.
En comparación con la agricultura tradicional, la hidroponía en interiores o en invernaderos brinda a los cultivadores mucho más control sobre lo que enriquece sus cultivos, formulando de manera natural los verdes de mejor sabor. El perfil de sabor ya no está sujeto al suelo en el que se cultiva, sino que es producto de pruebas rigurosas y control de laboratorio. ¿A quién no le encantaría eso en un supermercado o tienda de comestibles?
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